A finales del mes pasado, Nikon presentó su nuevo modelo de réflex digital para aficionados avanzados. La D90 sustituye a la popular D80, que llevaba ya en el mercado dos años y que ahora se puede conseguir –sólo el cuerpo– por unos 550 €.
Sus características las podemos resumir en sensor de tipo CMOS con formato DX (APS–C) y 12,3 megapíxeles, ISO de 200 a 3200 (expandible a ISO 100 y 6400), ráfaga de 4,5 fotogramas por segundo y pantalla LCD de 3 pulgadas con 920.000 puntos de resolución. Cuenta también con un sistema de limpieza de sensor y previsualización –Live View– en la pantalla LCD. Además, a partir de octubre estará disponible la unidad adicional GP-1, que permitirá el geoposicionamiento de las imágenes (esto es: en los datos exif incrustados en los archivos de nuestras fotografías aparecerán las coordenadas geográficas del lugar de la toma, lo que permitirá trasladarlas finalmente a un mapa).
Pero lo más “rompedor” del nuevo modelo es que se trata de la primera cámara réflex que incorpora la posibilidad de grabación en vídeo: el nuevo modo D-Movie es capaz de capturar 24 fotogramas por segundo a una resolución de 1280 x 720 píxeles.
Yo sé que este blog lo leéis poca gente y que las posibilidades de que mis reflexiones lleguen a responsables de las grandes marcas son limitadas, pero… si no lo digo, estallo.
Por resumir mi actitud frente a la incorporación de vídeo en cámaras de fotografía réflex mi postura es la siguiente. Lo único que mido a mi cámara es que sea capaz de hacer fotos, buenas fotografías; no me interesa que me sirva para llamar por teléfono, tampoco para escuchar música en MP3; en absoluto, quiero que sirva para hacer gofres por si me entra hambre a lo largo de una sesión.
Y tampoco, de verdad, necesito que sea capaz de grabar vídeo.
Para esos menesteres hay dispositivos específicos que resuelven esas situaciones mucho mejor. Espero que este nueva característica –como en su momento ocurrió con la limpieza de sensor o la previsualización en pantalla aportadas por Olympus– no se ponga de moda en modelos venideros. Cada mochuelo a su olivo (y aceite en casa de todos). Otra cosa muy distinta es que se pusieran de moda los cuerpos estabilizados o los GPS incorporados a la propia cámara. Yo aplaudiría con contundencia.
La nueva D90 –cuyo obturador tiene prevista una vida de 100.000 ciclos– estará disponible a lo largo de este mes de septiembre a un precio de unos 899 € (cuerpo).
Como siempre si queréis saber todo sobre el nuevo modelo nikonero, visitad estos enlaces de Quesabesde y de DSLR Magazine. Además, los chicos de Dpreview han probado ya la cámara y nos proporcionan unas cuantas imágenes de ejemplo en este enlace .
Para finalizar, os dejo este vídeo (en inglés) donde Chase Jarvis prueba la nueva Nikon D90.
ACTUALIZACIÓN (12102008):
En Quesabesde acaban de colgar un par de artículos donde analizan las características de este nuevo modelo; en este caso con una unidad final.
En este artículo de Álvaro Méndez se analiza la novedosa función de vídeo (recordemos que la D90 fue la primera cámara réflex capaz de grabar vídeo). Podéis ver y descargaros 6 vídeos realizados con esta cámara.
Por otro lado, en este otro artículo, firmado por Iker Morán, se realiza un intenso análisis de la D90 y se aportan casi una treintena de imágenes de muestra, donde se analiza, entre otros, el ruido a ISOS altos así como la calidad de la imagen generada por el nuevo modelo nikonista.
ACTUALIZACIÓN (15102008):
El pasado lunes el equipo de Dpreview presentó la revisión de la nueva cámara de Nikon, con un amplio análisis que podéis leer -en inglés- en este enlace , a cargo de Richard Butler y Simon Joinson. Además, podéis tener acceso también a nuevas imágenes -capturadas ya con una unidad final- en este otro enlace .
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