En primer lugar el 14 mm f2.8 L USM, para ser usado con la Mark III. La versión renovada de este ultra angular de la mítica serie L ofrece una menor distancia mínima de enfoque (20 cm) y presenta mejoras en su construcción interna (otra lente asférica y un elemento de baja dispersión).

Por otro lado, nos encontramos con el 18-55 mm f3.5-5.6 y el 55-250 mm f4.5-5.6, dos modestos cristales orientados a acompañar a la EOS 40D (sus longitudes focales habría que multiplicarlas en esta cámara por 1,6). Ambos pertenecen al grupo de objetivos denominados por Canon EF-S (para ser usados en réflex de sensor APS-C) y cuentan con sistema de estabilización (IS) de última generación, el cual –siempre según la compañía nipona– sería capaz de compensar hasta 4 pasos de velocidad.


Estas ópticas estarán en el mercado en el mes de octubre. Los precios: el 18-55 mm unos 200 euros; el 55-250 mm en torno a los 600 euros. Del 14 mm… mejor ni hablar; teniendo en cuenta el precio de la versión que hay actualmente a la venta, podemos afirmar que pasará holgadamente de los 2.000 euros.