domingo, 7 de octubre de 2007

DE NUEVO, AL TAJO

Sí, de acuerdo: soy un dejado y tengo el blog abandonado. La realidad es que me he traído unas 3.000 imágenes de La Toscana, que tengo que ir editando y no tengo demasiado tiempo libre para leer e incorporar entradas.

De Florencia os puedo decir que, aunque la ciudad es alucinante y no tiene la culpa de nada…, yo no recomendaría a nadie ir a verla; al menos, en período turístico (que, en el caso de la capital toscana, se extiende desde –por lo menos– mayo hasta octubre). El auténtico ejemplo de “antiviaje”: hordas de turistas recién desembarcados de sus correspondientes autobuses, cargados de audífono, guía y cámara digital (nunca había visto tanta gente sacando fotos a la vez de manera compulsiva), y dispuestos a arrasar la ciudad en un histérico y rápido paseo. Una vez hecha la foto –prueba irrefutable de que estuvieron allí–, los vuelven a montar en sus flamantes autobuses con aire acondicionado para redireccionarlos al siguiente destino. ¡Hay que ver otras tres ciudades ese mismo día!

Eso por no hablar de las interminables colas para entrar a los museos o los precios de los mismos. Sólo dos ejemplos: Los Uffizi (una especie de Prado en miniatura con obras de indiscutible interés: Giotto, Boticelli, Piero della Francesca, Rafael, etc.) y la Galería de la Academia (donde está el David de Miguel Ángel): 13 € cada uno (eso sí, con reserva incluida; sin ella, olvidaros de entrar: tres horas de cola).

En resumen, la antítesis de lo que yo entiendo por viajar: tranquilidad, crecimiento personal, descubrimiento, sorpresa. Más que el síndrome de Stendhal lo que acabamos sufriendo fue lo que Sánchez Ferlosio definió como "efecto turifel": lo tienes todo tan visto en fotos y referencias anteriores que sólo te dedicas a identificar las zonas por las que pasas; la emoción desaparece y la sorpresa es inexitente.

Sé que no hay ninguna posibilidad de que estas palabras las lean los responsables de turismo de Florencia pero yo, si fuera ellos, me replantearía muy seriamente las estrategias comerciales de cara al turismo de la ciudad. De hecho, hablamos con bastantes comerciantes de la ciudad que nos transmitían su enfado por la carga fiscal que soportan y se quejaban de que Florencia se había convertido básicamente en una maquinaría para recoger turistas, atenderlos rápidamente y pasar a la siguiente tanda.

Silvia lo ha escrito muy bien: Si los Medici no hubieran montado la infraestructura monumental que tiene ahora Florencia, la ciudad se moriría de asco; eso sí, junto al precioso río Arno. ¡Qué poco se aprecian las cosas excepcionales cuando nos acostumbramos a verlas como algo cotidiano!

Al final, el agobio de gente era de tal calibre que, en la segunda parte del viaje (moviéndonos en coche por La Toscana), optamos por no visitar ni Siena ni Pisa. Preferimos perdernos por localidades como Lucca, Volterra o Pistoia, mucho más tranquilas y, en ese sentido, auténticas; muy recomendable su visita. Por no hablar de la zona de Larciano, donde nos alojábamos en una magnífica instalación de turismo rural que Marta gestiona con tino: Podere Galilea.

Os dejo una foto resumen del viaje: El interior de la Galería de la Academia, donde está el famoso David de Miguel Ángel (por la ciudad hay otras dos copias; una en mármol en la Piazza della Signoria y otra, en bronce, en piazzale Michelangelo, cerca de San Miniato al Monte). Dentro, lo dicho: mareas de gente que, como bueyes moviendo una noria, entran por el amplio pasillo franqueado por los esclavos inacabados de la tumba del Papa Julio II (obra de Miguel Ángel) y dan una vuelta alrededor de la estatua, habitualmente haciendo algún comentario estúpido sobre los genitales de la misma, justo antes de salir. Por supuesto, esto no es el Museo Británico (gratis por cierto) y no se pueden hacer fotos en el interior. Sin embargo, como por arte de magia, al salir del museo, me di cuenta de que en mi tarjeta había unas cuantas tomas del interior: cosas de la electrónica ;–). Aquí tenéis una de ellas:



CAMBIO DE TERCIO. A finales de mes fueron las fiestas de mi pueblo, Reinosa (Cantabria). Aunque no estuve presente en la primera parte de las mismas, sí que pude disfrutar de la programación del Reinosa Qué Ritmo Festival que, en su primera edición (esperemos que haya muchos más), reunió a un nutrido grupo de artistas y grupos. Os dejo a continuación fotos de los conciertos de Vanexxa (día 26 de septiembre; lamentablemente su concierto terminó antes de lo previsto debido a la lamentable actuación de una serie de garrulos que estaban allí presentes), Los Reyes del KO (día 27; magníficos, extraordinarios con su mezcla de blues y soul; si podéis verlos en vivo, no os los perdáis) y Rosendo (día 28; todavía en plena forma).

No prometo nada –tengo mucho lío–, pero intentaré tener actualizado este –vuestro– blog. Nos vemos en la Red. Aquí os quedan unas imágenes de los conciertos de Reinosa.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

ESE ROSENDO... YO TAMBIEN ESTUVE ALLI Y ALUCINE CON EL CONCIERTO. LA FOTO BASTANTE GUAPA PERO EN BLANCO Y NEGRO PIERDDE MUCHO. ESO PIENSO YO

Lorenzo dijo...

Enhorabuena.... solo eso.

Un abrazo fuerte