domingo, 20 de agosto de 2006

PIEDRAS SICILIANAS (1)

Los que os paséis por Santander durante estos días podéis ver aún mi exposición “Piedras y dioses: templos griegos en Sicilia”, que recoge 12 instantáneas tomadas en los yacimientos sicilianos de Segesta, Selinunte y Agrigento, donde se conservan algunos de los mejores ejemplos de arquitectura griega antigua de todo el Mediterráneo.



Se encuentran en el restaurante Sal y Pimienta de Santander (C/ Guevara, 26), donde se preparan posiblemente las mejores pizzas de toda Cantabria.

Templo de Segesta

PIEDRAS Y DIOSES

Las piedras están ahí, sobre la superficie de La Tierra desde hace mucho tiempo. Mucho antes de que algo parecido ligeramente a un ser humano caminase por ella, ya había piedras por todos lados. Las piedras –las rocas– son la piel de La Tierra. Las hay grandes, pequeñas, alisadas, rugosas, deleznables y muy, muy duras. En ese sentido, se parecen a las personas.
Una vez, un grupo de humanos que vivían en un mar interior que finalmente se llamó Mediterráneo, decidieron tomar las piedras y transformarlas en edificios de culto; surgieron así decenas de templos dedicados a una multitud de divinidades.
Aún hoy, en pleno siglo XXI, en la era de la sobremodernidad, estos edificios siguen sorprendiendo a nuestros ojos y a nuestra mente, a pesar de ser ya sólo una sombra de lo que fueron (también les pasa eso a algunas personas).
Inexplicablemente, todo aquello se convirtió en ruina y desolación. Seguramente, esas piedras desnudas, desperdigadas por buena parte de la superficie de la vieja Sicilia y quemadas por el sol de miles de días implacables, ilustran, en última instancia, nuestra propia ruina, nuestro fracaso –como especie y como civilización– al intentar (misión imposible) entendernos a nosotros mismos. A menudo, estas piedras nos recuerdan que, quizás, no lo hicimos demasiado bien… en fin, que lo pudimos hacer mejor.
Todas las fotos de esta serie pertenecen a un viaje a Sicilia realizado durante el año 2005.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En el sal y pimienta no sólo se comen las mejores pizzas, también el mejor tiramisú...y según tengo entendido de una receta escondida entre esas piedras