
Se trataría de una revisión de la reparación de las cámaras afectadas que, hasta ahora, consistía en una corrección del subespejo encargado del enfoque y la actualización del firmware a la versión 1.1.3.
Todo parece indicar que la nueva revisión incorporará cambios de hardware y de firmware, por lo que las cámaras afectadas tendrían que volver a pasar por el servicio técnico.
En fin: una situación penosa, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de una cámara profesional cuyo precio –el del cuerpo– supera los 4.000 €.
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