Me fastidia especialmente pasar por alto algunas novedades en el mercado de réflex –de la mano de Olympus y Sony– que intentaré recuperar en breve.
Estoy poniendo al día mi base de datos digital –unas 50.000 imágenes– ayudándome de una poderosa herramienta: Lightroom, un increíble programa para gestionar imágenes digitales al que yo, en un principio, era reacio a migrar. Pero viendo las posibilidades que ofrece, tengo que reconocer que está cambiando mi modo de trabajar –el famoso flujo– en fotografía. Desde estas líneas os animo sinceramente a probarlo. Definitivamente hay vida después de Photoshop.
Cambio de tercio. A finales de noviembre hicimos una escapada breve a Roma. Os dejo estas tres fotos de la plaza de San Pedro, en el Vaticano –editadas en Lightroom por cierto–, con el obelisco egipcio como protagonista.
Espero retomar las tareas en breve.


